Una vez más sonó el timbre,
ese ruidoso e insoportable timbre,
hace muchos años no sonaba como ahora, cada 20 minutos, cada 40 minutos y así, esta vez fue a atender la tía María, les da la bienvenida, a dos primos más, tres tíos y un amigo que no recuerdo haber invitado en alguna reunión anteriormente, bueno, esta vez vino a visitarme.
En la cocina, como siempre, todo es un caos, pero con mucho esfuerzo, ayudando unos cuantos, otros mirando para aprender o grabando el momento (ahora está de moda eso) y publicando todo.
En la calle los niños jugando (no logro ver muy bien) con gritos y risas, hace tiempo que no veía tanta alegría en ellos y tampoco veía primos o sobrinos pequeños, desde hace mucho, ya todos eran grandes y flacos, recuerdo, maduros, despistados, preocupados, otraa veces los veía pegados al celular, sentados sin hablarse, al menos así los conocía a mis primos y sobrinos mayores, ahora están los pequeños, sus hijos, (los hijos de mis primos, mis sobrinos, sus amiguitos, etc).
Hoy no salió el sol, tampoco hace calor ni bochorno, es muy raro, y toda la vida sentí que me odiaba el clima, porque no recuerdo haber sentido frío nunca, en cualquier estación he transpirado, he sudado mucho, por nervios o sin ellos siempre he llamado la atención de cualquier persona por mis manías al pasar ese maldito momento, justamente hoy que tengo visita no he sudado, la estoy pasando mejor, sin duda.
En la sala, algunos cambian la música, a su gusto, es mi casa (bueno, de don Humberto) pero parece como si no estuviese, todos han pedido canciones, esta vez todas eran baladas (es lo que estaba escrito en mi invitación) olvidé contar que nunca he bailado, nunca lo hice (siempre confundía los pasos o bailaba Rock en una Salsa, o viceversa), bueno, ahora la música era más calmada, baladas, algunas muy tristes, unas para pensar, otras motivadoras, para imaginar y darle un poco más de valor a la vida... Nuestra vida, esa que olvidamos un poco por estar apresurados, idos de nosotros, apurados no sabemos por qué no por quiénes, si al final lo único que importa es eso... "Vivirla".
Y como viviendo, poco a poco se van mirando mis invitados, se van conociendo entre ellos, van dejando sus móviles, dejando sus redes sociales, sus chats, totalmente eso, la tecnología, y recuerdan cómo eran aquellos tiempos, cuando no cabía la vida en un celular, cuando allá afuera era lo máximo, lo genuino y real.
Cortando ese momento, así radical, suena otra vez ese odioso timbre, ahora era un batallón, eran mis amistades, otros eran amigos de mis amigos, que en algún momento me habían conocido o saludado (yo creo que vinieron por pura curiosidad). A lo lejos veo amistades que me fallaron alguna vez, otros que no me hablaban hace muchos años y también veo a algunos que compartimos en el fútbol, todos ellos.
Corren las horas y ya casi no hay más espacio adentro, decidieron abrir la puerta para sentir un poco el aire fresco, a buena hora, porque estaban fumando en la ventana y a algunos los incomodó, allá afuera se mezcla el aire y el humo, eso es bueno, lo impuro y lo natural, lo gris y lo blanco, mis colores favoritos en algún momento, buena combinación, aunque ahora el color negro fue la temática en la reunión (siempre me agradó el color negro en todo).
Hoy me vestí también así, de negro, muy serio, muy a mi estilo, muy oscuro.
Estoy desde muy temprano esperando a todos, y casi siempre soy impuntual (todos lo saben), me gustaba llegar tarde antes porque me creía el importante, el divo, como soy diseñador, sabía que me tenían que esperar (algunos se burlaban porque yo me creía artista), me creía mucho, pero eso era bueno para mi, ya no muchas personas se quieren así mismas, ya no juegan a ser artistas o a creerse lo que hacen, yo sí, me gusta ser Dico.
En un momento, así de pronto, me acabo de dar cuenta que habían decorado mi lugar, estaba tan ocupado volando en otros sitios que no me di cuenta de ello, de la decoración, de un cuadro mio, impreso en buena calidad, así como en los cumpleaños, así como cuando uno cumple 60 años, como una buena boda, como un baby shower, sí, como todo eso, así decoraron todo y me gusta. Para sonrojarme me dedicaron unas palabras, no cuatro ni seis, sino, muchas personas, recordando momentos, contando secretos y travesuras. Luego los tíos, hermanos, amigos, primos, sobrinos, casi todos, y yo? Sintiendo, observando, pensando (no lo sé en este momento), solo sé que se tiene que disfrutar. Solo eso.
A mi me colocaron al frente, como para ser el centro de atención, colocaron lámparas al lado para los invitados que no puedan ver o leer, es que de hecho, las luces de la casa producen más calor y sin duda los incomoda. También colocaron flores, un día conversando con alguien, no recuerdo con quién, le comentaba que jamás me gustaron las flores, las rosas o cualquier tipo de planta, se marchitan, sufren siendo cortadas y no me gustan, pero bueno, como saben que voy contra la corriente hoy me sorprendieron con todas ellas, flores de todo tipo, rosas blancas y algunas de colores, algunas amarillas, y vi también que colocaron unas especies de coronas (así las llaman algunos), unas cuantas cartas con mi nombre, muy organizado todo, muy inolvidable.
Ya casi va llegando la noche y algunos se marchan, con paso lento, temblorosos, los siento agotados, frotándose los ojos, y es que lo supe siempre, fue el calor que producían las luces, el calor por la cantidad de gente que asistió, y todo eso, pero lo inolvidable de esta reunión jamás se volverá a vivir.
Disminuyeron el volumen de la música y de las luces, cerraron un poco las cortinas y van ordenando todo, escucho susurros, sonrisas breves y sinceras, se acaba la reunión y sigo sin sentir calor, sin sentir ya casi nada, como nunca, cada invitado me saludó y se despidió, cada uno al despedirse me regaló algunas lágrimas y siento sinceridad en ellas, como nunca, algunos me prometían jamás olvidarme, y sí, como nunca.
Ya quedan menos y está un poco más oscuro, ya casi no veo nada y no siento a nadie. De pronto, me arreglaron la corbata negra, me volvieron a peinar, con lo mucho que me gustaba peinarme (siempre sarcástico), mantengo la posición, así, como para la foto, inmóvil, muy quieto, me cerraron la puerta y me moví un poco, solo un poco.
Escuché que harían otra reunión, en otro lugar, para los que no pudieron asistir hoy, para despedirse de mi, aunque no podrán verme como ese día, así tras ese frío cristal, así con calma, así con lágrimas, para despedirse por hoy, para siempre.
Ahora ya de lejos, más tristes que antes, al menos eso pienso, si esto es pensar, me alejo, los dejo. Me llevo todo y a la vez nada, porque esa es la vida, nos llevamos los buenos momentos, los grandes momentos, con las grandes personas, las valiosas, sus tiempos, sus afectos, sus malos ratos, el buen humor, las tristezas, las alegrías y todo lo que hacemos, esa es la vida, difícil, dura, pura, pero es nuestra vida. Así la viví con todos, como todos lo hacemos, viviendo, disfrutando y aprendiendo, yo aprendí eso y no sé si lo logré, pero la viví, así como pude.
Me voy sin quererlo, sin planearlo, me voy agusto, sin prisa, me voy despacio y contento, seguro, muy agradecido, a ellos, a ella, a mis invitados, a mis padres, abuelos y sobrinos, a mi esposa, no la nombré antes aquí, porque ya tengo textos para ella, a mis amigos y conocidos, me voy así agradecido conmigo, con mi vida, con Dios, porque hice lo que pude. Así lo quise siempre.